Dal Congresso Messicano di Speleologia

E’ in corso in questo momento l’8° Congresso Messicano di Speleologia, dove è stato presentato il libro “Un Viaje al México Profundo”. Questa è una notizia fresca con tanto di intervista. Per ora non ci sono notizie sulla presentazione de “La Venta” del lavoro di Naica.

VIII Congreso Nacional Mexicano de Espeleología
19:30-19:50 Presentación del libro “Un Viaje al México Profundo.”
Presenta: Gustavo Vela Turcott

Tuve el gusto de conocer a Gustavo Vela Turcott cuando tomamos el Curso Técnico de Espeleología en la Asociación de Montañismo y Exploración de la UNAM. Le gustaba tomar muchas fotografías y se instalaba con dos amigos algo apartado del resto del grupo. Decíamos que vivía en “Las Lomas”, en referencia a un barrio elegante de la ciudad de México.
Terminó el curso y los miembros del Grupo Espeleológico Universitario – GEU – nos preparamos para ir a Akemati, una cueva con más de mil metros de profundidad, descubierta por el GSAB (Grupo Espeleológico Alpino Belga). Durante nuestro entrenamiento / selección, lo veía correr como un venado por los bosques y los cerros que hay en los dínamos en las delegaciones de Tlalpan y Contreras en la ciudad de México. “Este amigo sí que le echa ganas”, pensaba yo.
Después lo vi terminar su curso en Bellas Artes y producir una preciosa joyería relacionada con la espeleología, que me ofrecí a llevar al Congreso de la UIS en Brasilia en el año 2000.
Creo que uno de los grandes recuerdos fue haber producido y distribuido un calendario de cuevas hace algunos años.
; En fin, mi admiración por Gustavo ha ido en aumento al paso de los años. Siempre que vas a su casa está trabajando y cuando no está, es porque está explorando y fotografiando. A mis alumnos les pongo a Gustavo como ejemplo de una persona que siempre está publicando, ¡a veces dos artículos en revistas diferentes el mismo mes!
Incansable participante de expediciones con innumerables grupos, tanto nacionales como extranjeros, todos en el foro Iztaxochitla, nos sorprendimos al admirar las fotografías que nos mandó desde Krubera ¡Qué iniciativa y decisión de Gustavo!
Y todavía se anima a una aventura más: ¡escribir un libro sobre cuevas, en un país donde tan poca gente lee!
En México se leen 2.8 libros por habitante al año, siendo que la UNESCO recomienda 4. En Francia y Gran Bretaña, se leen 20 libros por habitante cada año. Las estadísticas internacionales ubican a México en el lugar 107°, de 108 países, en cuanto a la cantidad y calidad de lectura.
El rezago educativo afecta a 35 millones de mexicanos. El analfabetismo alcanza a 10.4% de la población mayor de 15 años. Juntos, son los principales obstáculos a la lectura. De cada 100 personas que ingresan a la primaria en México, 70 la terminan. Los otros 30 abandonan sus estudios. Cada año 800 mil jóvenes se encuentran en esa situación.
Los esfuerzos siempre parecen insuficientes. El gasto público destinado a la educación (18 mil millones de dólares al año) representa 4.3% del P.I.B., todavía lejos del 8% recomendado por la UNESCO. Durante décadas, la población con rezago educativo mantuvo su capacidad de lectura por medio de la historieta (Supermán, Batman, Chanoc, Kalimán, Lágrimas y Risas, Memín Pingüin) que por los años ochentas alcanzó tirajes mensuales de hasta 100 millones de ejemplares.
&n bsp; En los noventas, el rostro de los kioscos cambió. El poder adquisitivo sufrió uno de sus descensos más drásticos en la historia y se acabó la ”literatura de a peso’‘. El lugar de las historietas lo ocupó la extensión de la pantalla televisiva. Kalimán, célebre historieta que vendía 2 millones de ejemplares a la semana, fue sustituida por revistas que edita Televisa -como Eres, Tv y Novelas, Somos…-, cuyos tirajes fluctúan de los 500 mil ejemplares al millón y medio.
En 1999, el Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León, presidente de México, instauró el Programa Nacional de Lectura, para fomentar el hábito. Sin embargo, se reduce la lectura de literatura y aumenta el consumo de “best-seller” (como Harry Potter). También aumenta el consumo de revistas triviales.
Los estudiantes universitarios adquieren la mitad de los materiales editados en el país, aunque según las estadísticas, un joven de secundaria o preparatoria sólo comprende un 20% de lo que lee. Según el director General del Patronato Pro UV (Universidad Veracruzana), Alberto Rodríguez Mancilla, “en México, los universitarios prefieren lo más fácil. Si el maestro les indica la lectura de un libro, ellos buscan en páginas electrónicas”.
Al Estado mexicano le tomó años entender que alfabetizar no basta para crear una sociedad lectora y que decodificar signos no significa leer. Entre los treintas y los setentas, los esfuerzos se encaminaron a la alfabetización, pero no a fomentar la lectura y la escritura. Fueron los años cuando leer sólo en la escuela fue una obligación, el resumen una tarea y la biblioteca un castigo. Bajó el índice de analfabetismo, pero no creció el número de lectores. Las consecuencias de la homogeneización en las formas de enseñanza de la lectura provocaron que para varias generaciones el libro fuera el último de los productos de consumo. De 1980 a la fecha el rubro que mayor descenso en ventas ha registrado, 20% en los últimos años, es el libro.
Hay varios criterios para medir la lectura: la cantidad y calidad de la lectura o sólo el número de libros que cada habitante adquiere. Al mercado sólo le interesa el segundo criterio. En México, 1% de la población, el porcentaje que representa al egresado universitario, es el que adquiere la mitad de los libros editados en el país. Sin embargo, la mitad de los hogares mexicanos donde vive algún familiar con licenciatura (es decir, cuando menos 16 años “leyendo”) tiene menos de 30 libros en su casa. Seis de cada diez hogares mexicanos no compró ninguno en los últimos 12 meses. La cuarta parte de los profesionales mexicanos no ha visitado nunca una biblioteca pública. Seis de cada diez mexicanos nunca ha estado en una tampoco. Paradójicamente, la Red de Bibliotecas Públicas creció de 300 a 5 mil entre 1982 y 1998.
Editores, impresores, distribuidores y libreros promueven en Méxi co una ley general del libro, que lleva años en el Congreso en espera de ser sometida a discusión. Facilidades fiscales, apoyos a la exportación, tarifas preferenciales y la creación de un fondo nacional de fomento del libro y la lectura son algunos de los puntos contemplados. Según un reporte de la Cámara Nacional de la Industria Editorial, en 1997 se editaron 421 millones de ejemplares. Las editoriales privadas lanzaron al mercado 15 mil 505 títulos (30% novedades, 55% reimpresiones y 15% rediciones). El 57% de la producción librera en México corresponde a libros de texto. Lo anterior es un reflejo de la creciente importancia que ese rubro ha cobrado en la producción editorial.
La Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana advierte: “Están desapareciendo los editores que publican libros de mil a 3 mil ejemplares (del 96 a la fecha hay 5% menos) y han aumentando los que publican libros de texto o bestseller. Se dice que los libreros son “una especie en extinción”. Las librerías en México sólo representan 9% de los puntos de venta frente a 30 mil tiendas de autoservicio y cafeterías (Sanborns y Vips, por ejemplo) que alcanzan 44%. El bibliotecario ha sido una figura que durante años se ha descuidado, por lo que se necesitan cursos de capacitación para que cumplan correctamente con el papel tan importante que tienen: acercar y orientar a los estudiantes en el uso de los libros.

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Entonces, Gustavo ¿qué te hizo tener la loca idea de escribir un libro? Una vez que se empieza algo, con artículos en revistas especializadas, no hay que dar lugar a la decepción. No sé si la palabra más correcta sea necedad o entusiasmo.
Los amigos y alumnos de Stanley B. Prusiner, descubridor del agente causal del “mal de las vacas locas” y ganador del Premio Nóbel de Medicina por su propuesta de una nueva forma de infección, dicen que, en verdad, el premio le fue dado por su necedad, por enfrentar las críticas y ataques de sus detractores.
Conrad Hilton, constructor del gran imperio hotelero que lleva su nombre, dice que fue el entusiasmo lo que hizo levantarse a Frank Woolworth cuando vio en bancarrota a tres de sus cinco primeras tiendas. El Saturday Evening Post tuvo un problema en que perdió US$ 800,000.00 antes de volver a ganar un dólar, y Dupont invirtió US$ 27 millones y esperó 11 años antes de vender su primera fibra de nylon.
Pueden producirse millones de libros y abrirse miles de bibliotecas, organizarse campañas, ferias y presentaciones de libros, como en la que nos encontraremos hoy en la noche en el 8° Congreso Nacional Mexicano de Espeleología, y que se m ultiplican cada año, pero el verdadero salto es el libro abierto entre las ávidas manos de un lector, el verdadero brinco es la formación de lectores críticos para quienes la lectura tiene sentido en la vida.
No tengo la menor duda de que uno de los factores más decisivos en la publicación del libro “Un Viaje al México Profundo” fue el amor que tiene Gustavo Vela Turcott por la naturaleza. Parte muy importante de ese amor, en cantidad y en calidad son las cuevas.
Comenzando por una breve reflexión del cómo entró al mundo de la espeleología, Gustavo nos da lecciones muy bien ilustradas de espeleogénesis y nos explica los diferentes tipos de cuevas.
El libro nos ilustra con preciosas imágenes de espeleotemas y continúa explicando como se organiza una expedición, sin olvidar
mencionar los espeleorrescates y el espeleobuceo.
¡Y qué decir de las fotografías de los habitantes de las cuevas!
Hojear y “ojear” este libro me da una nostalgia muy grande de las cuevas y de los inolvidables momentos que allí he pasado con mis amigos.
La obra que hoy se presenta al público, muestra a los lectores la extraordinaria belleza de las cuevas, pero también nos enseña a quererlas. Despierta nuestra conciencia a protegerlas, a cuidarlas y a conservarlas.

Gustavo:
¡En nombre de las cuevas, muchas gracias!
¡No dejes de escribir!

Notizia di Juan Antonio Montaño Hirose
Vice-Presidente 2006-2008
Unión Mexicana de Agrupaciones Espeleológicas – UMAE